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Evaluación retrospectiva de la sustitución valvular tricúspide en el tratamiento de las valvulopatías adquiridas
Cirugía Cardiovascular 2012;19(4): 377-384
INFANTES CA
Cirugía Cardiovascular 2012;19(4): 377-384
Resumen del Autor:
La valvulopatía tricúspide adquirida no ha perdido interés entre los cirujanos cardiovasculares porque dispongamos de la técnica indiscutible que haya solucionado definitivamente el . la desaparición de la enfermedad reumática en los países desarrollados ha soslayado nuestra incapacidad, que se volverá a poner de manifiesto en los países en vías de desarrollo cuando estos accedan a técnicas diagnósticas y quirúrgicas del mundo avanzado. En las décadas de 1970 y 1980, en España nos enfrentábamos a este problema y le dimos la solución que mejor entendimos, aunque no sin cometer errores, basados principalmente en la falta de identificación de los distintos grupos de riesgo ante la cirugía: hipertensión pulmonar con resistencias fijas elevadas versus polivalvulitis reumática en paciente joven de corta evolución. Nuestros resultados son coincidentes con otros grupos, con mortalidad tardía creciendo exponencialmente a partir de los 10 años de la cirugía, que pone de manifiesto el alto riesgo de la sustitución valvular tricúspide. Ello también sucede con la actitud conservadora mediante reparación, que frecuentemente conlleva a reintervención por fallo de la anuloplastia o a una calidad de vida inaceptable (estadios III y IV). Reivindicamos y razonamos porque, a diferencia de otros grupos, nuestro criterio es que en la sustitución de la válvula tricúspide deben utilizarse válvulas mecánicas, ya que en pacientes obligadamente anticoagulados y con otras prótesis en posición izquierda, el deterioro de una bioprótesis (pacientes jóvenes) conlleva una segunda y en muchos casos una tercera intervención. Así pues, el reto tricúspide volverá a aparecer en países en vías de desarrollo.
La valvulopatía tricúspide adquirida no ha perdido interés entre los cirujanos cardiovasculares porque dispongamos de la técnica indiscutible que haya solucionado definitivamente el . la desaparición de la enfermedad reumática en los países desarrollados ha soslayado nuestra incapacidad, que se volverá a poner de manifiesto en los países en vías de desarrollo cuando estos accedan a técnicas diagnósticas y quirúrgicas del mundo avanzado. En las décadas de 1970 y 1980, en España nos enfrentábamos a este problema y le dimos la solución que mejor entendimos, aunque no sin cometer errores, basados principalmente en la falta de identificación de los distintos grupos de riesgo ante la cirugía: hipertensión pulmonar con resistencias fijas elevadas versus polivalvulitis reumática en paciente joven de corta evolución. Nuestros resultados son coincidentes con otros grupos, con mortalidad tardía creciendo exponencialmente a partir de los 10 años de la cirugía, que pone de manifiesto el alto riesgo de la sustitución valvular tricúspide. Ello también sucede con la actitud conservadora mediante reparación, que frecuentemente conlleva a reintervención por fallo de la anuloplastia o a una calidad de vida inaceptable (estadios III y IV). Reivindicamos y razonamos porque, a diferencia de otros grupos, nuestro criterio es que en la sustitución de la válvula tricúspide deben utilizarse válvulas mecánicas, ya que en pacientes obligadamente anticoagulados y con otras prótesis en posición izquierda, el deterioro de una bioprótesis (pacientes jóvenes) conlleva una segunda y en muchos casos una tercera intervención. Así pues, el reto tricúspide volverá a aparecer en países en vías de desarrollo.
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Notas:
Nº Monográfico de: Anuloplastia tricúspide de De Vega
Palabras clave:
Anuloplastia de la válvula cardíaca, Cardiología, Cirugía, Cirugía cardiovascular, Insuficiencia de la válvula tricúspide, Tratamiento, Válvula tricúspide
ID MEDES:
84400
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