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Valoración ética de los programas de salud sexual en la adolescencia
Cuadernos de Bioética 2011;22(74): 77-91
JARA RASCÓN J, ALONSO SANDOICA E
Cuadernos de Bioética 2011;22(74): 77-91
Resumen del Autor:
Desde el ámbito de la salud pública, el interés por la sexualidad parece estar dejando de focalizarse sobre temas tradicionales como los posibles tratamientos para la disfunción eréctil del varón, las alteraciones psicosomáticas, el control de la eyaculación precoz o la anticoncepción. En su lugar, se está concediendo un papel cada vez más prominente a las estrategias de prevención realizadas a través de campañas o mediante programas de salud sexual introducidos en el ámbito escolar. Las diferentes estrategias didácticas que subyacen a estos programas, carentes de consenso social en muchos casos pero animadas algunas de ellas desde organismos internacionales como la OMS o UNESCO, revelan concepciones éticas sobre el sentido de la sexualidad no sólo divergentes entre sí, sino más bien contrapuestos en cuanto a sus puntos de partida, los medios y los objetivos a lograr, focalizados unos sobre métodos profilácticos-anticonceptivos y otros sobre abstinencia sexual y responsabilidad
personal. Por ello, parece urgente conocer la evidencia científica subyacente a cada planteamiento educativo así como los postulados éticos de cada propuesta pedagógica. En el presente trabajo se expone un esquema de programa formativo en sexualidad adolescente, desarrollado en seis puntos, respetuoso con las convicciones éticas individuales. Teniendo en cuenta que son quizá aún escasos los trabajos sobre temas de medicina preventiva que incluyen un análisis de valoración ética de los pasos seguidos en su desarrollo, el presente artículo propone también una valoración
sistematizada sobre las estrategias de salud sexual en la comunidad que destaca cuatro pasos verificando los siguientes aspectos: 1) veracidad de la información, 2) nivel de evidencia, 3) eficiencia y 4) no maleficencia sobre la población diana del programa de salud diseñado. La metodología seguida en estos programas de salud sexual será otro de los aspectos que permitan comprobar su validez ética o, por el contrario, remarquen su ausencia de valores éticos o morales. Se enfatiza el deber de los diseñadores de programas dirigidos a menores de no realizarlos de espaldas o en contra de la voluntad de sus padres o tutores, para no encubrir el ocultamiento de información sensible y relevante.
Desde el ámbito de la salud pública, el interés por la sexualidad parece estar dejando de focalizarse sobre temas tradicionales como los posibles tratamientos para la disfunción eréctil del varón, las alteraciones psicosomáticas, el control de la eyaculación precoz o la anticoncepción. En su lugar, se está concediendo un papel cada vez más prominente a las estrategias de prevención realizadas a través de campañas o mediante programas de salud sexual introducidos en el ámbito escolar. Las diferentes estrategias didácticas que subyacen a estos programas, carentes de consenso social en muchos casos pero animadas algunas de ellas desde organismos internacionales como la OMS o UNESCO, revelan concepciones éticas sobre el sentido de la sexualidad no sólo divergentes entre sí, sino más bien contrapuestos en cuanto a sus puntos de partida, los medios y los objetivos a lograr, focalizados unos sobre métodos profilácticos-anticonceptivos y otros sobre abstinencia sexual y responsabilidad
personal. Por ello, parece urgente conocer la evidencia científica subyacente a cada planteamiento educativo así como los postulados éticos de cada propuesta pedagógica. En el presente trabajo se expone un esquema de programa formativo en sexualidad adolescente, desarrollado en seis puntos, respetuoso con las convicciones éticas individuales. Teniendo en cuenta que son quizá aún escasos los trabajos sobre temas de medicina preventiva que incluyen un análisis de valoración ética de los pasos seguidos en su desarrollo, el presente artículo propone también una valoración
sistematizada sobre las estrategias de salud sexual en la comunidad que destaca cuatro pasos verificando los siguientes aspectos: 1) veracidad de la información, 2) nivel de evidencia, 3) eficiencia y 4) no maleficencia sobre la población diana del programa de salud diseñado. La metodología seguida en estos programas de salud sexual será otro de los aspectos que permitan comprobar su validez ética o, por el contrario, remarquen su ausencia de valores éticos o morales. Se enfatiza el deber de los diseñadores de programas dirigidos a menores de no realizarlos de espaldas o en contra de la voluntad de sus padres o tutores, para no encubrir el ocultamiento de información sensible y relevante.
In public health services, the interest in sexuality seems to turning from traditional topics such as potential treatments for male erectile dysfunction, psychosomatic disorders, the control of premature ejaculation and contraception. Instead, an increasingly prominent role is being given to prevention strategies carried out by means of campaigns or through sexual health programme sin schools. The different teaching strategies that underlie these programmes, which in many cases lack social consensus but are often promoted by international organizations such as WHO or UNESCO, reveal not only divergent ethical conceptions and worldviews on the meaning of sexuality, but also conflicting starting points, means and goals, focusing either on barrier-contraceptive methods or on sexual abstinence and personal responsibility. There is therefore a pressing need to understand the scientific evidence underlying each educational approach and the ethical postulates of each pedagogical proposal. This paper presents an outline of a six-point adolescent sexuality education program, which is respectful of individuals ethical convictions. Given that few works on preventive medicine issues include an ethical evaluation of the steps followed in their development, this article also proposes a systematic evaluation of strategies for sexual health in the community that is developed through four steps verifying the following aspects: 1) the accuracy of information, 2) the level of evidence, 3) efficiency and 4) non-maleficence about the target population of each health program. The methodology used in these sexual health programs is another aspect that will verify their ethical consistence or, conversely, their absence of ethical values. We emphasize the duty of designers of programme for children not to carry then out against the will of their parents or tutors, and not conceal sensitive and relevant information.
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Notas:
Palabras clave:
Adolescentes, Bioética, Educación sexual, Embarazo, Ética médica, Evaluación de programas y proyectos de salud, Medicina preventiva, Metodología, Profilaxis y prevención, Salud pública, Servicios de salud sexual y reproductiva
ID MEDES:
68401
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