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Importancia de los ácidos grasos omega-3 en la prevención secundaria del infarto agudo de miocardio
Revista Española de Cardiología 2006;6(Supl.D): 62-71
CESERI M, LONARDO G, MAGGIONI AP
Revista Española de Cardiología 2006;6(Supl.D): 62-71
Resumen del Autor:
<FONT FACE="Helvetica, Arial, sans-serif" SIZE=2>Desde la década de los sesenta, las simples observaciones de los hábitos alimentarios indicaban que los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) omega-3 podían ser beneficiosos para la prevención cardiovascular, tanto en los modelos animales como humanos. El efecto más evidente y directo parecía ser el antiarrítmico, al estabilizar la electrofisiología cardiaca. Sin embargo, con posterioridad se han investigado otros muchos efectos que han revelado otros posibles, y múltiples mecanismos de acción sobre diferentes objetivos celulares. De hecho, se ha demostrado la capacidad de estas moléculas para modular muchos de los procesos celulares y tisulares, como la inflamación, la proliferación celular, la migración, la apoptosis, etc. Por consiguiente, se plantearon diversas hipótesis para explicar los resultados observados y se diseñaron más estudios preclínicos y clínicos al respecto. En la actualidad disponemos de una gran
cantidad de datos (epidemiológicos, experimentales y de ensayos clínicos) que han ido proporcionando gradualmente la base racional para el uso de estos compuestos en las enfermedades cardiovasculares, sobre todo en la prevención secundaria. <FONT FACE="Helvetica, Arial, sans-serif" SIZE=2>Esta revisión pretende resumir las bases principales del conocimiento sobre los efectos de los AGPI omega-3, desde las observaciones epidemiológicas a los resultados de los ensayos clínicos, a través de los datos experimentales. Aunque ya hay una recomendación en las guías internacionales para el uso de los AGPI omega-3, aún se necesitan más investigaciones sobre su perfil de riesgo/beneficio y sus mecanismos de acción en diversos trastornos clínicos, como lo demuestra la existencia de muchos estudios clínicos en curso que aportarán nuevos datos en los próximos años.
<FONT FACE="Helvetica, Arial, sans-serif" SIZE=2>Desde la década de los sesenta, las simples observaciones de los hábitos alimentarios indicaban que los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) omega-3 podían ser beneficiosos para la prevención cardiovascular, tanto en los modelos animales como humanos. El efecto más evidente y directo parecía ser el antiarrítmico, al estabilizar la electrofisiología cardiaca. Sin embargo, con posterioridad se han investigado otros muchos efectos que han revelado otros posibles, y múltiples mecanismos de acción sobre diferentes objetivos celulares. De hecho, se ha demostrado la capacidad de estas moléculas para modular muchos de los procesos celulares y tisulares, como la inflamación, la proliferación celular, la migración, la apoptosis, etc. Por consiguiente, se plantearon diversas hipótesis para explicar los resultados observados y se diseñaron más estudios preclínicos y clínicos al respecto. En la actualidad disponemos de una gran
cantidad de datos (epidemiológicos, experimentales y de ensayos clínicos) que han ido proporcionando gradualmente la base racional para el uso de estos compuestos en las enfermedades cardiovasculares, sobre todo en la prevención secundaria. <FONT FACE="Helvetica, Arial, sans-serif" SIZE=2>Esta revisión pretende resumir las bases principales del conocimiento sobre los efectos de los AGPI omega-3, desde las observaciones epidemiológicas a los resultados de los ensayos clínicos, a través de los datos experimentales. Aunque ya hay una recomendación en las guías internacionales para el uso de los AGPI omega-3, aún se necesitan más investigaciones sobre su perfil de riesgo/beneficio y sus mecanismos de acción en diversos trastornos clínicos, como lo demuestra la existencia de muchos estudios clínicos en curso que aportarán nuevos datos en los próximos años.
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Notas:
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ID MEDES:
32187
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