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Fracturas de pelvis graves, lesiones asociadas e inestabilidad hemodinámica: incidencia, manejo y pronóstico en nuestro medio
Cirugía Española 2007;81(6): 316-323
SÁNCHEZ-TOCINO JM, TURÉGANO-FUENTES F, PÉREZ-DÍAZ D, SANZ-SÁNCHEZ M, LAGO-OLIVER J, ZORRILLA-ORTÚZAR J, MARTÍNEZ-BAENA D
Cirugía Española 2007;81(6): 316-323
Resumen del Autor:
Introducción. El objetivo de esta revisión ha sido conocer la incidencia, lesiones asociadas, tratamiento y resultados obtenidos en el manejo de los pacientes con fracturas graves de pelvis en nuestro centro. Pacientes y método. Estudio retrospectivo de los pacientes incluidos en nuestro registro de traumatizados graves entre junio de 1993 y enero de 2005. La clasificación de las fracturas pelvianas se ha realizado con los criterios de Tile. Se comparan y analizan estadísticamente aspectos demográficos y clínicos, incluidos la edad, el sexo, el mecanismo lesivo, tiempo de traslado, la situación hemodinámica al ingreso y las escalas de gravedad. Se ha definido el estado de shock como una presión arterial sistólica ≤ 90 mmHg durante la revisión primaria. Se analizan la mortalidad y los factores de riesgo asociados, con especial énfasis en el grupo de pacientes en shock. Resultados. De los 1.274 politraumatizados graves atendidos en el período de estudio, 192 (15%)
presentaban fractura pelviana. Muy pocas fracturas se han presentado como lesiones aisladas (6,7%), y el porcentaje de fracturas abiertas ha sido del 6%. El 20% de los pacientes presentaba shock al ingreso. El Injury Severity Score (ISS) medio de la serie fue de 28,5 ± 14, y el de los pacientes en shock fue de 38 ± 16. Las lesiones asociadas más frecuentes fueron las torácicas (70%), seguidas por las abdominales (55%), fracturas de huesos largos (52%) y craneoencefálicas (40%). El 23% de los pacientes presentaba hematoma retroperitoneal. Se realizaron 16 arteriografías y 4 embolizaciones pelvianas. Se colocaron 8 fijadores externos anteriores y ninguno posterior. Se realizaron 5 taponamientos pelvianos y 2 ligaduras de arterias hipogástricas. La mortalidad general fue del 30%, y del 61% en los pacientes en shock al ingreso. El shock a la llegada, una escala de coma de Glasgow ≤ 8, un ISS > 25 y la edad > 55 años se correlacionaron con la mortalidad.
Conclusiones. El pronóstico de los pacientes en shock y con fracturas de pelvis graves en nuestro medio es sombrío y, con frecuencia, está condicionado por la gravedad de las lesiones asociadas, la relativa escasa incidencia de estas fracturas y la heterogeneidad de criterios de manejo de los equipos de guardia. La hemorragia masiva incontrolada ha sido la causa principal de muerte.
Introducción. El objetivo de esta revisión ha sido conocer la incidencia, lesiones asociadas, tratamiento y resultados obtenidos en el manejo de los pacientes con fracturas graves de pelvis en nuestro centro. Pacientes y método. Estudio retrospectivo de los pacientes incluidos en nuestro registro de traumatizados graves entre junio de 1993 y enero de 2005. La clasificación de las fracturas pelvianas se ha realizado con los criterios de Tile. Se comparan y analizan estadísticamente aspectos demográficos y clínicos, incluidos la edad, el sexo, el mecanismo lesivo, tiempo de traslado, la situación hemodinámica al ingreso y las escalas de gravedad. Se ha definido el estado de shock como una presión arterial sistólica ≤ 90 mmHg durante la revisión primaria. Se analizan la mortalidad y los factores de riesgo asociados, con especial énfasis en el grupo de pacientes en shock. Resultados. De los 1.274 politraumatizados graves atendidos en el período de estudio, 192 (15%)
presentaban fractura pelviana. Muy pocas fracturas se han presentado como lesiones aisladas (6,7%), y el porcentaje de fracturas abiertas ha sido del 6%. El 20% de los pacientes presentaba shock al ingreso. El Injury Severity Score (ISS) medio de la serie fue de 28,5 ± 14, y el de los pacientes en shock fue de 38 ± 16. Las lesiones asociadas más frecuentes fueron las torácicas (70%), seguidas por las abdominales (55%), fracturas de huesos largos (52%) y craneoencefálicas (40%). El 23% de los pacientes presentaba hematoma retroperitoneal. Se realizaron 16 arteriografías y 4 embolizaciones pelvianas. Se colocaron 8 fijadores externos anteriores y ninguno posterior. Se realizaron 5 taponamientos pelvianos y 2 ligaduras de arterias hipogástricas. La mortalidad general fue del 30%, y del 61% en los pacientes en shock al ingreso. El shock a la llegada, una escala de coma de Glasgow ≤ 8, un ISS > 25 y la edad > 55 años se correlacionaron con la mortalidad.
Conclusiones. El pronóstico de los pacientes en shock y con fracturas de pelvis graves en nuestro medio es sombrío y, con frecuencia, está condicionado por la gravedad de las lesiones asociadas, la relativa escasa incidencia de estas fracturas y la heterogeneidad de criterios de manejo de los equipos de guardia. La hemorragia masiva incontrolada ha sido la causa principal de muerte.
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Notas:
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ID MEDES:
27472
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