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Análisis de los patrones de prescripción de antipsicóticos en psiquiatría
Actas Españolas de Psiquiatría 2006;34(5): 323-329
MONTEJO AL, MAJADAS S, MAYORAL F, SANJUÁN J, OLIVARES JM, GONZÁLEZ-TORRES MA, BOUSOÑO M, ROS S
Actas Españolas de Psiquiatría 2006;34(5): 323-329
Resumen del Autor:
Introducción. Se describen las diferentes patologías en las que se realizan prescripciones de antipsicóticos (APS) convencionales y de segunda generación.
Método. Estudio observacional, retrospectivo, multicéntrico, basado en la revisión de 300 historias clínicas de centros públicos y privados, hospitalarios y ambulatorios, localizados en Salamanca, Vigo, Bilbao, Barcelona, Valencia, Oviedo y Málaga.
Resultados. La edad media de la población estudiada fue de 42±17 años; el 56,6% eran varones. Se emplearon fundamentalmente atípicos (67 %) frente a clásicos (33 %). Los APS clásicos se prescribieron fundamentalmente en el trastorno bipolar con/sin síntomas psicóticos (20,6%), esquizofrenia (18,3%) y trastorno delirante (11,5%). Los APS atípicos se prescribieron fundamentalmente en esquizofrenia (31,5 %), trastorno bipolar con/sin síntomas psicóticos (12,5 %) y otros trastornos psicóticos (8,9 %). Considerando los trastornos psicóticos agrupadamente (esquizofrenia, trastorno bipolar con síntomas psicóticos, trastorno delirante y otros trastornos psicóticos) se utilizaron APS clásicos en el 47,4% y APS atípicos en el 62,5 %. Se utilizaron APS «fuera de indicación» en el 32,8 %, incluyendo depresiones resistentes, trastorno obsesivo-compulsivo grave y trastorno límite de la personalidad, con porcentajes similares, tanto de los convencionales como de los atípicos. En la demencia se emplearon APS atípicos en un 5,1 frente a 1,5 % de los convencionales. Los motivos de prescripción más frecuentes para los APS clásicos fueron el control de síntomas psicóticos (33,6 %), agresividad-agitación (31,3 %), insomnio severo (16 %), impulsividad (6,9 %) y ansiedad severa (6,1 %). Los APS atípicos se utilizaron preferentemente en el control de síntomas psicóticos (58,8%) y agresividad-agitación (25,5%).
Conclusiones. La utilización de APS tiene lugar fundamentalmente dentro de las indicaciones para los que están autorizados (67,2%). El uso «fuera de indicación» (32,8 %) se da de forma similar tanto para los APS clásicos como para los APS atípicos, y se produce en patologías graves en las que no se cuenta con tratamientos alternativos.
Introducción. Se describen las diferentes patologías en las que se realizan prescripciones de antipsicóticos (APS) convencionales y de segunda generación.
Método. Estudio observacional, retrospectivo, multicéntrico, basado en la revisión de 300 historias clínicas de centros públicos y privados, hospitalarios y ambulatorios, localizados en Salamanca, Vigo, Bilbao, Barcelona, Valencia, Oviedo y Málaga.
Resultados. La edad media de la población estudiada fue de 42±17 años; el 56,6% eran varones. Se emplearon fundamentalmente atípicos (67 %) frente a clásicos (33 %). Los APS clásicos se prescribieron fundamentalmente en el trastorno bipolar con/sin síntomas psicóticos (20,6%), esquizofrenia (18,3%) y trastorno delirante (11,5%). Los APS atípicos se prescribieron fundamentalmente en esquizofrenia (31,5 %), trastorno bipolar con/sin síntomas psicóticos (12,5 %) y otros trastornos psicóticos (8,9 %). Considerando los trastornos psicóticos agrupadamente (esquizofrenia, trastorno bipolar con síntomas psicóticos, trastorno delirante y otros trastornos psicóticos) se utilizaron APS clásicos en el 47,4% y APS atípicos en el 62,5 %. Se utilizaron APS «fuera de indicación» en el 32,8 %, incluyendo depresiones resistentes, trastorno obsesivo-compulsivo grave y trastorno límite de la personalidad, con porcentajes similares, tanto de los convencionales como de los atípicos. En la demencia se emplearon APS atípicos en un 5,1 frente a 1,5 % de los convencionales. Los motivos de prescripción más frecuentes para los APS clásicos fueron el control de síntomas psicóticos (33,6 %), agresividad-agitación (31,3 %), insomnio severo (16 %), impulsividad (6,9 %) y ansiedad severa (6,1 %). Los APS atípicos se utilizaron preferentemente en el control de síntomas psicóticos (58,8%) y agresividad-agitación (25,5%).
Conclusiones. La utilización de APS tiene lugar fundamentalmente dentro de las indicaciones para los que están autorizados (67,2%). El uso «fuera de indicación» (32,8 %) se da de forma similar tanto para los APS clásicos como para los APS atípicos, y se produce en patologías graves en las que no se cuenta con tratamientos alternativos.
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Notas:
Palabras clave:
ID MEDES:
22721
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