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La presión diferencial como factor independiente de riesgo cardiovascular
Atención Primaria 2005;36(1): 19-24
AOIZ LINARES J, BONET SIMÓ J, SOLÉ SANCHO F, RODRÍGUEZ MARTÍNEZ S, YUSTE MARCO M, MONTASELL PÉREZ M
Atención Primaria 2005;36(1): 19-24
Resumen del Autor:
Objetivo. Confirmar que la presión diferencial alta supone más riesgo de cardiopatía isquémica y valorar si también es factor de riesgo independiente de padecer un accidente cerebrovascular. Diseño. Estudio longitudinal, analítico y observacional, retrospectivo de cohortes históricas. Emplazamiento. Población urbana de aproximadamente 18.000 habitantes. Participantes. Se incluyó en el estudio a 300 pacientes de 15 a 75 años de edad con hipertensión de 2 años de evolución o más, en los que constaban 4 o más determinaciones de presión arterial por enfermería (excluyendo urgencias) y que no habían padecido un episodio cardiovascular (ECV): coronariopatía, accidente cerebrovascular o vasculopatía periférica. Mediciones principales. Se registraron los antecedentes asociados a riesgo cardiovascular: dislipemia, obesidad, tabaquismo, diabetes mellitus e hipertrofia ventricular izquierda, y se consideraron presentes si su diagnóstico precedía al del ECV. Se realizó una clasificación en 2
grupos en función del grado de presión diferencial: alta si superaba los 60 mmHg (pacientes expuestos) y no alta si era >= 60 mmHg o inferior (pacientes no expuestos). Se realizó un análisis por intención de tratar durante 10 años señalando la aparición o no de ECV como variable de respuesta. Resultados. De los 300 participantes (un 73,3% mujeres), 150 se consideraron expuestos y 150 no expuestos. El análisis inicial mostró diferencias significativas entre ambos grupos respecto a la edad (p < 0,0001), presencia de diabetes (p < 0,0001) y de hipertrofia ventricular izquierda (p < 0,001). Tras la regresión logística, la odds ratio para padecer un ECV fue 2,38 (intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,19-4,74) en el grupo de presión diferencial elevada. Para la cardiopatía isquémica la odds ratio fue de 2,84 (IC del 95%, 1,16-6,96) y para el accidente cerebrovascular, de 2,70 (IC del 95%, 1,09-6,68). Para arteriopatía periférica no hubo diferencias
significativas. Conclusiones. Se confirma la presión diferencial como factor independiente de riesgo cardiovascular y se apunta, a pesar de las limitaciones del estudio, la posibilidad de que también sea un factor independiente de riesgo cerebrovascular.
Objetivo. Confirmar que la presión diferencial alta supone más riesgo de cardiopatía isquémica y valorar si también es factor de riesgo independiente de padecer un accidente cerebrovascular. Diseño. Estudio longitudinal, analítico y observacional, retrospectivo de cohortes históricas. Emplazamiento. Población urbana de aproximadamente 18.000 habitantes. Participantes. Se incluyó en el estudio a 300 pacientes de 15 a 75 años de edad con hipertensión de 2 años de evolución o más, en los que constaban 4 o más determinaciones de presión arterial por enfermería (excluyendo urgencias) y que no habían padecido un episodio cardiovascular (ECV): coronariopatía, accidente cerebrovascular o vasculopatía periférica. Mediciones principales. Se registraron los antecedentes asociados a riesgo cardiovascular: dislipemia, obesidad, tabaquismo, diabetes mellitus e hipertrofia ventricular izquierda, y se consideraron presentes si su diagnóstico precedía al del ECV. Se realizó una clasificación en 2
grupos en función del grado de presión diferencial: alta si superaba los 60 mmHg (pacientes expuestos) y no alta si era >= 60 mmHg o inferior (pacientes no expuestos). Se realizó un análisis por intención de tratar durante 10 años señalando la aparición o no de ECV como variable de respuesta. Resultados. De los 300 participantes (un 73,3% mujeres), 150 se consideraron expuestos y 150 no expuestos. El análisis inicial mostró diferencias significativas entre ambos grupos respecto a la edad (p < 0,0001), presencia de diabetes (p < 0,0001) y de hipertrofia ventricular izquierda (p < 0,001). Tras la regresión logística, la odds ratio para padecer un ECV fue 2,38 (intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,19-4,74) en el grupo de presión diferencial elevada. Para la cardiopatía isquémica la odds ratio fue de 2,84 (IC del 95%, 1,16-6,96) y para el accidente cerebrovascular, de 2,70 (IC del 95%, 1,09-6,68). Para arteriopatía periférica no hubo diferencias
significativas. Conclusiones. Se confirma la presión diferencial como factor independiente de riesgo cardiovascular y se apunta, a pesar de las limitaciones del estudio, la posibilidad de que también sea un factor independiente de riesgo cerebrovascular.
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Notas:
Palabras clave:
ID MEDES:
17194
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