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    Infección y aterosclerosis

    Revista Española de Cardiología 2001;54(3): 383-392

    GURFINKEL EP

    Revista Española de Cardiología 2001;54(3): 383-392

    Tipo artículo: Artículo

    Resumen del Autor: Hasta el comienzo del siglo xix y en el mundo entero, la infección fue la causa dominante de la mortalidad, particularmente la tuberculosis y las diarreas infecciosas. Los avances sanitarios y la introducción de los antibióticos redujeron de forma espectacular la prevalencia de estas entidades. Tras las grandes guerras mundiales, la supervivencia de la humanidad se incrementó de manera significativa, asociada a un dinámico trabajo de investigación científica, particularmente en los estudios de mecanismos fisiopatológicos de los siguientes desafíos médicos: el cáncer y la aterosclerosis. Cerca del final de la frontera entre el conocimiento de éstos y la patología, el curso de la investigación giró rápidamente y, una vez más, hacia la infección: el asma, la úlcera péptica y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida del adulto, aparecieron fuertemente asociadas a microorganismos. De todos modos, se continuaron publicando descubrimientos sobre receptores hormonales, asociaciones genéticas, incluyendo el reciente desarrollo del proyecto «genoma humano». Sin embargo, las agencias gubernamentales dedicadas a la salud continuaron hasta el comienzo del siglo xx indicando que, a pesar de todos los avances en las distintas disciplinas, la aterosclerosis, a través de sus clásicas expresiones sintomáticas, seguía siendo la primera causa de muerte de la humanidad. Hacia finales de la década de los años noventa, algunos reducidos ensayos clínicos que utilizaron antibióticos macrólidos en esta población alertaron a la comunidad científica. ¿Habíamos olvidado algo?

    Notas:

     

    Palabras clave: Aterosclerosis, Infecciones

    ID MEDES: 1364



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